07 abril 2011

La moto

Los requisitos para conseguir una moto parecían claros e inalcanzables:
  • barata. La inscripción y la gasolina ya iban a ser bastante caros. Después, incluso, caimos en que necésitaríamos ruedas, alojamiento, recambios...
  • fiable. Cuanto mejor fuese su estado, menos gastaríamos en repuestos.
  • de baja. Para poder ahorrarnos los impuestos del cambio de titular.
  • cerca de Madrid. Esto no era un requerimiento (estuvimos mirando motos que estaban por Alicante) pero sí preferible. Muy buena oferta tenía que ser para compensar el desplazamiento.
...y finalmente apareció.

Quedé en ir a verla un sábado por la mañana con Damián, mi compañero en esta locura, y mi par, la que me está haciendo tener los pies en la tierra en todo este huracán de sucesos. La vimos, la arrancamos (aunque no le llegaba gasolina al carburador y no duró arrancada) y nos la llevamos.

Este era su estado cuando la recogimos:




La verdad es que cuando la vi, antes de comprarla, se me cayó el alma a los pies, pero el ánimo y la ilusión que transmite Damián me hizo tirar para adelante. Cuando volví por la tarde a casa de Damián y la ví en este estado, ya la miraba con otros ojos.

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